Antes de morir quiero…

Antes de morir quiero… cantar para millones de personas, ver a mi hija graduarse, ver las hojas cambiar muchas veces, ayudar a muchos niños, abrazarla una vez más, abandonar todas las inseguridades, ser completamente yo.

Inevitablemente angustiante, inevitablemente necesaria, inevitablemente incluida en el arte, así es ella… inevitablemente. Vida y muerte en una constante interacción, o estás en una o estás en otra. El angustioso intento de no pasar a la que muchos desconocemos  y otros anhelamos. Cierto es que en la que gozamos de los placeres de la vida, también sufrimos los problemas cotidianos. Inevitable dar el salto al otro lado, pero dependerá el modo en el que se deje la huella impregnada al dar los dos pasos. Cosas por hacer, lugares por recorrer, proyectos por cumplir, records que romper, metas a lograr, personas a quien amar y una vida por disfrutar.

La pared como espacio olvidado se transforma en un espacio de perspectiva que la tiza va marcando. Candy Chang: artista, pero humana igual que todos, en el momento en que Candy perdió a alguien a quien ella amaba tuvo que recurrir a la experiencia para no perder la perspectiva. La experiencia de compartir con los demás, sin importarle lengua u origen, pero todos un mismo sentimiento  “Antes de morir quiero…”

“La muerte puede inspirar la vida, Candy ha transformado un recordatorio inquietante de la enfermedad y la desinversión, en una poderosa afirmación de la vida humana y la imaginación”